Deporte, Running

Trail running: cómo saltar del asfalto a la montaña

Cómo dar el salto de correr por la ciudad a correr por la montaña: qué diferencias existen, qué material se debe utilizar, qué tenemos que llevar siempre encima.

Para muchos corredores de asfalto, el paso lógico es convertirse en corredores de montaña una vez han adquirido experiencia por la ciudad preparando las primeras carreras populares. Correr “fuera de pista” o del asfalto es lo que se define como trail running. Un deporte que se presenta como un nuevo reto para quienes se introducen en él, y es que el cambio de escenario aumenta la exigencia de la actividad.

El trail running conlleva una serie de ajustes en la forma de planificar los entrenamientos, dado que dista mucho de cómo se entrena en asfalto. Además, también requiere equiparse con material específico para la montaña, así como seguir una serie de recomendaciones que te ayudarán a tener una transición gradual y llevadera.

Diferencias entre correr por ciudad y correr por montañahombres_corriendo_TrailRunning

No hay más que alejarse de la ciudad para darse cuenta de que el silencio que impera en la montaña marca una de las principales diferencias entre correr por ciudad y correr por la naturaleza. Si correr es un deporte solitario de por sí, en la montaña se nota más esa soledad al no estar rodeados de la actividad de una ciudad.

Precisamente, la naturaleza es el punto de partida por el cual las diferencias entre correr por ciudad y por montaña son abismales. Estamos hablando de un entorno que no controlamos, en el que las condiciones climatológicas pueden cambiar durante el entrenamiento o al variar de altitud. En este punto, el corredor ha de prestar atención a los elementos que componen el terreno (piedras, plantas, animales…) y a aquellos que se van a cruzar en su recorrido por montaña.

Por todo esto, es fundamental adquirir una actitud más precavida que la que se adopta cuando se corre por ciudad, donde probablemente el terreno y lo que ocurre en él nos sea más familiar, a la vez que nos permite “desconectar” de lo que pasa a nuestro alrededor. Definitivamente, en la montaña no se debería producir esa desconexión.

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Tal y como explica el esquiador y corredor de montaña profesional, Kilian Jornet, “debemos aprender a conocer la montaña y también la manera en la que nosotros interactuamos con ella”. Esto se traduce en mirar bien la previsión del tiempo antes de salir y conocer o planificar el recorrido que vamos a llevar a cabo. Esta planificación se puede obviar cuando se corre por ciudad sin poner en riesgo nuestra integridad.

El terreno es otra gran diferencia entre correr por asfalto y correr por montaña. La pisada deja de ser uniforme para adaptarse a senderos con fluctuaciones y desniveles. Aunque el terreno de montaña es menos duro que el de asfalto, el impacto físico es mayor en la carrera de montaña dado que los niveles nos llevan a trabajar más grupos musculares que los que se trabajan cuando se corre por asfalto. Conviene fortalecer los tendones y ligamentos del tren inferior para soportar tanto las subidas como las bajadas de la montaña.

Además, el aumento de la exigencia física en montaña está ligado al tipo de material que se va a utilizar en cada salida. Si en el running popular solo se necesitaban unas zapatillas y ropa cómoda para salir de casa y echarse a correr, todo lo contrario ocurre en el mundo del trail running. Materiales y herramientas específicas para la montaña son claves en este deporte. Y es que si el corredor de asfalto apenas carga con algunos objetos personales cuando sale a correr, ahora veremos lo que no suele faltar en la mochila de un trail runner.

Qué material y ropa debemos utilizar

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Antes de dar el salto del asfalto a la montaña, lo mejor es hacerse con un calzado adecuado para el terreno. Debido a la popularidad que ha adquirido el trail running en los últimos años, prácticamente todas las marcas especializadas en running tienen su línea de montaña, por lo que no es nada difícil hacerse con un par de buenas zapatillas.

Los imprescindibles del trail running

Las zapatillas de trail son relevantes para dar el salto del asfalto a la montaña. Son las herramientas que te proporcionarán estabilidad, amortiguación y agarre en un terreno irregular. Es recomendable que las zapatillas que escojas tengan refuerzos en la puntera y en los laterales para que las piedras que te encuentren en el recorrido no te lastimen y, además, te duren.

La suela ha de tener un relieve que permita el agarre en cada pisada. También hay que fijarse en el material con el que está fabricada. La zapatilla de montaña puede estar fabricada con materiales impermeables en caso de que la lluvia sea habitual en la zona donde se vaya a entrenar. Si se va a entrenar en un ambiente más seco, conviene elegir unas zapatillas con materiales transpirables que nos protejan del sol.

Otro punto fundamental para un corredor de montaña está en su mochila o camelback. Las hay de distintos tipos según la capacidad de transportar agua y objetos. Hay que tener en cuenta que cuando pasamos de correr del asfalto a la montaña dejamos de lado la intensidad en los entrenamientos para centrarnos más en el volumen. Dicho de otra manera, pasaremos más tiempo dándole a la suela de las zapatillas y necesitaremos una mochila ligera que provea de agua y se pueda adaptar a los rodajes largos.

Una alternativa muy popular para hidratarse en el trail running es el uso de cinturones o riñoneras con bidones de agua. Son mucho más fáciles de rellenar en caso de encontrarnos con una fuente o riachuelo durante la carrera. Además, también son más fáciles de limpiar que las mangueras de la camelback.

Complementos a tener en cuenta

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Debido al volumen de actividad que realiza el corredor de montaña y a su desgaste, la hidratación y la comida se convierten en partes fundamentales de su rendimiento. Tanto si te decantas por una mochila como por un cinturón, la comida no debería faltar. Te dará un chute de energía, así como a prevenir un bajón de azúcar. En el mercado encontrarás un amplio abanico de productos donde elegir, desde geles, barritas o pastillas energéticas, hasta llegar a las gominolas ideales para transportar de manera cómoda y consumirlas mientras corres.

Al igual que se recomienda en cualquier actividad al aire libre, la protección de la piel y de la visión son dos puntos claves para practicar trail running de forma segura. Por un lado, conviene vestir ropa adecuada a este deporte, prendas que evacuen el sudor y materiales que nos protejan frente a las condiciones climatológicas del lugar. Hay quien también recomienda llevar consigo un cortavientos o, en su lugar, una manta térmica que resulta ser un elemento más versátil y que apenas ocupa espacio en la mochila.

Tampoco está de más llevarse un botiquín básico debido a que durante la carrera podemos sufrir cortes con plantas o caídas. Los hay muy pequeños y preparados con desinfectantes, tiritas, vendas e incluso con hilo y aguja para suturas. De cualquier manera, la experiencia en la montaña es clave para saber qué herramientas se van a priorizar en cada salida. El teléfono móvil, obviamente, no puede faltar: una caída en la soledad de la montaña podría ser fatal si no tenemos manera de pedir ayuda.

Como ocurre en cualquier otro deporte al aire libre, lo fundamental es que se disfrute tanto de la práctica como del entorno, y para ello es importante empezar de forma gradual con los entrenamientos para ir adaptándonos al terreno, y sobre todo, hacer muchos kilómetros en la montaña para conocerla en todas sus facetas.