Deporte, Running

Correr en la arena, ¿es tan bueno como dicen?

La playa puede ser el escenario perfecto para empezar el día corriendo, sin embargo hay una serie de situaciones en las que puede ser contraproducente para la salud.

A no ser que vivas cerca del mar, es probable que aproveches las vacaciones para acercarte a la costa y realizar parte de tus rodajes en la arena. Se habla mucho de los beneficios de correr a la vera del mar, como son el estar rodeado de un entorno natural en donde se respira aire limpio y que el chute de endorfinas que proporciona la actividad física es doble.

Sin embargo, correr en la arena tiene sus ventajas e inconvenientes. Estos últimos hay que tenerlos muy en cuenta tanto quienes están empezando a correr desde cero, como quienes se encuentran preparando una media maratón o distancias superiores. Veamos por qué no todo es bueno en lo que se refiere a correr en la arena.

Contraindicaciones de correr en la arena

Aunque el running consiste en algo tan simple como poner un pie delante del otro, hay muchos detalles a tener en cuenta dependiendo del lugar en el que se practique. Correr en la playa puede ser una motivación extra, pero para que esta decisión no sea un motivo de arrepentimiento, toma nota de las siguientes situaciones.

La doble cara de correr en un terreno blando

Se dice que correr en la arena evita parte de la sobrecarga que sufre el corredor porque el impacto se reduce al ejercitarse sobre un terreno blando. Esto en parte es así, aunque tiene una doble interpretación: cualquier actividad en la arena aumenta la intensidad del ejercicio porque las piernas se hunden en la arena y para volver a levantarlas necesitaremos hacer un esfuerzo mayor que en un terreno duro.

Dicho de otra manera, si bien el impacto en las articulaciones es menor en la arena, los músculos han de hacer un doble esfuerzo para moverse. Por eso es aconsejable que los rodajes que hagas en la arena sean a una intensidad baja o moderada y no se prolonguen mucho en el tiempo.

Está bien cambiar de entorno y correr en la arena una o dos veces por semana, pero que no se convierta en el escenario habitual de entrenamiento porque puede ser contraproducente para la salud de tendones, tobillo y gemelos.

Cuidado con el desnivel de la costa

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A tenor de lo anterior, también es cierto lo que dicen de que correr en la arena ayuda a fortalecer más las piernas debido al esfuerzo que se lleva a cabo en cada zancada. En una sesión en la playa trabajarás tanto la parte cardiovascular como la fuerza, y eso está bien siempre y cuando tengas en cuenta el desnivel del terreno.

Si te fijas, la playa no tiene un terreno firme sino una ligera inclinación que obliga a que fuerces más una parte del cuerpo que otra. En una carrera larga, la incomodidad se puede sentir al poco tiempo, por eso es recomendable compensar corriendo un tramo en un sentido de la playa y recorriendo el mismo tramo en el otro sentido. Así trabajarás ambos lados del cuerpo sobre la misma inclinación del terreno.

Ojo a las altas temperaturas y niveles de humedad

Aunque corras cerca del mar y eso implique un ambiente mucho más fresco que el que puedas encontrar más al interior, es aconsejable salir a rodar en la arena a primera hora de la mañana o a última de la tarde. Evita las horas centrales del día, no solo porque las playas suelen estar llenas, sino porque se dan las condiciones propicias para sufrir deshidratación o incluso un golpe de calor.

En este punto conviene recordar la importancia de aplicarse crema solar antes de la carrera, incluso si vamos a correr en las horas en las que el sol tiene menos fuerza. Y es que no se puede obviar este paso a la hora de practicar cualquier actividad al aire libre, ya que está en juego la salud de la piel y el riesgo de padecer un melanoma.

Riesgo de cortes o quemaduras de medusas

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Cortarse con cualquier material que haya en la playa (como una concha rota), golpearse con una piedra o pisar una medusa es un riesgo que asume cualquier bañista y no solo las personas que se proponen correr en la arena.

Ahora bien, si tu intención es hacer alguna salida por este terreno, lo mejor es que lo hagas con las zapatillas puestas, así evitarás estas desagradables situaciones. Además, las zapatillas también son ideales para quienes no tienen reforzados los tendones o carecen de una buena técnica de carrera. Detalles que cuentan a la hora de lanzarse a correr en la arena para que ello no termine en molestias o lesiones.

Caminar a buen ritmo como alternativa a correr en la arena

Puede que llegados a este punto pienses que es mejor evitar correr en la arena y seguir haciéndolo en el entorno en el que tus piernas están acostumbradas. Si es así, recuerda que hay muchas formas de mantenerse activo en verano, caminar a buen ritmo en la playa es un buen ejemplo.

Se trata de una excelente alternativa a correr en la arena. Un ejercicio cardiovascular que no solo te ayudará a seguir en forma en vacaciones, sino también a quemar calorías. Y es que en este caso, sí que podrás hacer una larga sesión sin el temor de que tus tobillos, rodillas y gemelos sufran tanto como lo harían en una carrera convencional en la arena.